Orientaciones pedagógicas y operativas de la
metodología de educación a distancia en la CUN
- Guía para el desarrollo docente de los tutores de
distancia –
I.
Naturaleza de la labor docente
en distancia
El tutor es un profesional de la docencia que, sin dictar clase, desarrolla un proceso de acompañamiento y
orientación a los estudiantes de la metodología a distancia.
A través de encuentros periódicos, el tutor direcciona el proceso de
auto-aprendizaje de los estudiantes. Su rol es diferente del profesor del modelo
presencial. Debe orientar el proceso de
aprendizaje autónomo del estudiante a través de los materiales didácticos de
autoestudio (textos impresos o virtuales) y con base en el análisis de
problemas, que constituyen el punto práctico en torno del cual debe validarse
el conocimiento teórico (ABP: Aprendizaje Basado en Problemas).
En la CUN,
el contenido del plan de estudios de un estudiante de las metodologías
presencial, distancia tradicional y distancia virtual es el mismo. Lo que varía
es la forma como se realiza la interacción con el docente.
El profesor en la metodología a distancia no llega a “dictar” una serie
de contenidos, ni a leer. Debe generar estrategias activas de participación e
interacción entre los estudiantes, a través de metodologías como talleres
combinados con Phillips 66, mesas redondas, seminarios o debates.
II.
Organización de la actividad
académica
Las asignaturas en esta metodología se organizan en bloques o
encuentros de cinco sesiones en igual número de semanas (generalmente los
sábados). Cada asignatura se completa en cinco semanas. Es decir, por lo
general un estudiante tiene 9 asignaturas inscritas en su carga académica para
el semestre, que distribuye en tres bloques con tres asignaturas cada una.
El semestre académico, por calendario, se desarrolla en 16 semanas. El
encuentro de la primera semana se toma como una inducción y se dirige a los
estudiantes por parte del respectivo coordinador del CUNAD o del programa a
distancia, con el fin de: para identificar expectativas, presentar la
metodología, las novedades del programa y orientar todas las interrogantes que
surjan sobre la operacionalización de la metodología y del semestre.
Estos coordinadores son responsables por la orientación de los procesos
derivados de la gestión académica y curricular del programa y aspectos como:
homologaciones, pruebas de suficiencia, integración de contenidos, así como de
velar por el cumplimiento de los Syllabus de parte de cada profesor, entre
otros aspectos.
Los coordinadores de CUNAD apoyan la programación de bloques y los
procesos académicos, operativos y financieros derivados de la gestión del
estudiante y el docente de distancia, así como el cumplimiento del calendario
académico, especialmente en le relacionado con el reporte de calificaciones a
Registro y Control.
Las definiciones que trasciendan el ámbito del profesor, del
coordinador de programa o del coordinador de CUNAD, serán validadas a través
del Coordinador Nacional de Distancia, Dr. Luis Eduardo Cruz.
III.
Material de estudio en distancia
Los profesores y alumnos de la metodología a distancia tradicional
podrán tener acceso a los contenidos de las respectivas asignaturas, que están
creados para la metodología distancia – virtual, para visualizarlos, pero no
tendrán evaluación ni interacción con otros docentes a través de la plataforma;
para ello están los encuentros
presenciales.
La Coordinación Nacional de Distancia le informará sobre la manera como deberá
acceder a la plataforma.
En los diferentes CUNAD existe, en la oficina de la Coordinación, una
biblioteca con los textos de referencia para préstamo y consulta de parte de
tutores y estudiantes.
IV.
Interacción del tutor con el
estudiante
Es responsabilidad de todos los tutores presentar a sus estudiantes, en
el primer encuentro con ellos, la siguiente información:
1) El objetivo general y plan de
trabajo de la asignatura, sesión por sesión (que debe ceñirse al plan de
trabajo o Syllabus que el director del programa académico entrega, y que debe
entregarse al estudiante). También se debe orientar sobre las fuentes
bibliográficas y cibergráficas que apoyen al estudiante durante el desarrollo
del bloque.
2) La estructura de contenido a
desarrollar, detallada capítulo por capítulo, y la forma como el docente
presentará su material a través de un espacio virtual (un blog, Google Docs, la
plataforma de Telecampus, videos, sistemas de mensajería, otras redes…)[1].
3) Las actividades que deben
atender los estudiantes, tanto de forma independiente como en los encuentros
presenciales, de conformidad con la intensidad horaria definida según el número
de créditos de la asignatura.
4) La forma de interacción y
comunicación entre el tutor y sus estudiantes cuando no hay sesiones
presenciales.
5) La manera como se realizará
la evaluación[2],
se calculan y promedian las notas y se concertan las reglas de juego en las
sesiones presenciales, tales como:
o Entrega de trabajo.
Características y tiempos
o Inasistencia del estudiante a
las pruebas que demanden su presencialidad
o Incumplimiento de compromisos
de parte del estudiante
o Normas de juego y disciplina
de las sesiones presenciales
Toda esta información debe quedar validada entre el tutor y los
estudiantes a través del Acta de Acuerdo Pedagógico,
que deberá ser diligenciada y firmada por el tutor y todos los estudiantes
asistentes al primer encuentro de la asignatura para cada bloque. Así mismo, se
debe procurar, con el apoyo del coordinador del CUNAD, que uno de los
estudiantes con matrícula debidamente legalizada actúe en calidad de
representante de todos los estudiantes del grupo.
V.
Responsabilidades del estudiante
El tutor debe ayudar a concientizar al estudiante
de distancia, en los siguientes aspectos:
1) Las
sesiones presenciales (encuentros tutor-estudiante) de la metodología a
distancia se realizan para resolver interrogantes, analizar casos puntuales y
compartir ideas con el tutor y los compañeros, pero no son para explicar lo que
está dado en el material de estudio trabajado de forma independiente y
extra-clase.
2) Él
(el estudiante) es el responsable de su proceso de auto-estudio, en los
horarios y condiciones que él estime convenientes
3) El
éxito de la formación a distancia está en la auto-disciplina del estudiante.
Esto significa:
a. Reservar
y dedicar un tiempo fijo y periódico a la semana para su propio estudio, sin
interrupciones
b. Identificar
compañeros del programa y asignaturas inscritas con los que les sea fácil
interactuar para trabajar en equipo
c.
Consultar oportunamente a la
coordinación del CUNAD y, por su intermedio, al profesor, todas las dudas de procedimiento
o instrucciones académicas entregadas
d. Asumir
una disposición proactiva y efectiva de cultura tecnológica en Internet:
Interactuar con una cuenta de correo electrónico, sistemas de mensajería
instantánea, grupos, foros, blogs y chats.
e.
Leer el Reglamento del Estudiante y hacer
valer sus deberes y derechos en la institución.
VI.
Desarrollo
de los encuentros presenciales
Las asignaturas en la metodología a distancia en la CUN tienen los mismos
contenidos e intensidad, en créditos académicos, que los planes de estudios de
la metodología presencial.
Como Crédito Académico se denomina a cada unidad de 48 horas de trabajo
que debe emplear el estudiante para cumplir los objetivos de la respectiva
asignatura. Hay materias con 2, 3 y hasta 4 créditos; es decir, 96, 144 y 192
horas, respectivamente.
Lo que varía en la forma como se trabaja el crédito académico es la
relación entre las horas de trabajo presencial y aquellas de trabajo
independiente. Mientras que, por ejemplo, en una materia de un crédito en la
metodología presencial, se trabajan 16 horas de clase presencial y 32 horas de
trabajo independiente del estudiante (16 + 32: 48), en la metodología a
distancia la relación que se emplea en la CUN, en la mayoría de sus asignaturas a
distancia, es de 5 horas de tutoría presencial y 43 horas de trabajo de
autoestudio de parte del estudiante (5 + 43: 48). En las materias de dos
créditos, esta intensidad se duplica.
Según la cantidad de estudiantes inscritos en cada asignatura, puede
variar el número de encuentros que el tutor tiene con ellos. En algunos casos
puede haber, por ejemplo, muy pocos estudiantes, con lo que el tiempo de
dedicación del tutor, por persona, tiene mayor profundidad en la interacción,
de tal forma que la relación varía a 2 sesiones de tutoría presencial (de una
hora cada una), por 46 horas de trabajo de autoestudio (2 + 46: 48).
Entre sábado y sábado el tutor libremente puede establecer contacto con
los alumnos a través de diversas mediaciones tecnológicas (chat, foros,
videoconferencias, correo electrónico…).
En las asignaturas en que se
requieren cinco encuentros tutoriales presenciales, se deben seguir los
siguientes lineamientos:
Actividades del primer encuentro presencial:
Este espacio debe aprovecharse para la presentación de estudiantes y
tutor, con una dinámica participativa tipo Taller, en la que además el tutor
verifique que los estudiantes conocen el modelo de la metodología a distancia,
las normas reglamentarias y la estructura de los bloques de distancia para la
asignatura específica.
En
este momento es clave que el tutor verifique si hay algún estudiante que no
tenga las habilidades informáticas mínimas y tome las precauciones del caso, en
coordinación con el personal académico y administrativo del CUNAD, introduciendo
actividades de nivelación si fueren necesarias. O pueden ser de asesoría
personalizada para complementar algún aspecto sobre el uso del computador,
navegación en Internet o manejo de alguna herramienta específica, el e-mail,
blog o foro, por ejemplo.
El tutor procede enseguida a motivar a los estudiantes a conformar los denominados
Círculos de Interacción y Participación Académica y Social (CIPAS), o grupos de
trabajo de estudiantes que deben organizarse desde esta primera sesión
académica con la asesoría y coordinación del tutor.
Finalmente, el tutor explica la estructura, utilidad e importancia del
curso para lo cual los estudiantes deben tener a la mano el respectivo Syllabus. Utilizando una técnica de trabajo en
equipo que recomendamos sea la
Phillips 66[3], asegura que cada subgrupo estudie una sección diferente
de la primera unidad del curso nombrando el respectivo coordinador que
informará a la plenaria que se realiza a continuación, los temas tratados y las
conclusiones a que llegó cada subgrupo. Así se logra que todos queden empapados
de la temática que los demás abordaron. El tutor hace el cierre del taller
inicial, no sin antes indicar la unidad que por su propia cuenta deben estudiar
durante la siguiente semana, suministrándoles las referencias y guías
correspondientes.
Actividades del segundo encuentro presencial:
Este constituye el momento oportuno para verificar que los estudiantes
hayan realizado las actividades de autoestudio en forma individual y
colaborativa, para lo cual el tutor deberá elegir un sistema evaluativo
adecuado, tanto en el formato (examen oral, tipo test, exposición individual o
grupal, tarea, etc.) como en su aplicación para las pruebas parciales.
Procederá luego a complementar y ampliar el horizonte de aprendizaje alcanzado
hasta ahora por los estudiantes y a aclarar las dudas que hayan surgido.
Entre la primera y segunda tutoría, los participantes habrán estudiado
durante esa semana en forma individual en su módulo de autoestudio y habrán
realizado las actividades de trabajo colaborativo con sus compañeros en forma
directa o a través del chat o los foros de discusión. También se habrán
esforzado por realizar las búsquedas en Internet o en el hipertexto de
multimedia que les haya recomendado el tutor y habrán consultado en la
biblioteca virtual o física del centro respectivo.
Siguiendo la dinámica del Phillips 66, coordinará las sesiones en torno
a los temas estudiados, logrando así afianzar la conceptualización en torno a
las dos primeras unidades. Puede incluso promover una profundización del
estudio a través del análisis crítico, la discusión y el debate, también en
subgrupos y sesión plenaria, en todos los casos orientada por el tutor.
Antes de culminar el taller, el tutor da las orientaciones
e instrucciones acerca de la nueva unidad didáctica que por su propia cuenta
deben estudiar durante la siguiente semana, así como las lecturas y actividades
complementarias que deben realizar.
Actividades del tercer encuentro presencial:
Este encuentro permite mirar el camino recorrido y ubicar al estudiante
en el sentido de responsabilidad que le compete, teniendo en cuenta su
rendimiento académico y lo que le espera ya en la fase final del curso. Tomando
en consideración la participación estudiantil en el encuentro anterior, puede
aplicar en éste una evaluación formal para definir las notas de las pruebas
parciales (cada una correspondiente al 30% de la nota final). Es importante que
en este momento el tutor sea muy riguroso pero cordial y comprensivo, dando el
refuerzo correspondiente para que de acuerdo con los resultados de la
evaluación aplicada, el que vaya bien, siga adelante, el que vaya regular,
procure mejorar y el que vaya mal, tenga la oportunidad de recuperarse a
tiempo.
El tutor buscará las estrategias más apropiadas para que los
estudiantes profundicen en el avance teórico-práctico del curso, complementando
así el estudio individual en el material de autoestudio y el trabajo en los
equipos de estudio colaborativo (CIPAS). Son claves en este sentido, la naturaleza
de la disciplina y las competencias que se esperan alcanzar por parte del
estudiante, para que el tutor oriente el trabajo según sea necesario
profundizar más en la fundamentación teórica, análisis y discusión que en la
experimentación o ejercitación práctica o en la valoración actitudinal.
El taller de esta sesión debe adecuarse a la profundización bien por la
vía de la intensificación de ejercicios para el desarrollo de competencias
básicas de tipo matemático, estadístico, informático o de idioma extranjero; de
tipo experimental e instrumental en el laboratorio o en el taller de ensamble y
mantenimiento; de tipo práctico mediante pasantías, prácticas empresariales,
visitas guiadas, o excursiones didácticas, a manera de ejemplo.
Las funciones de guía, asesor y evaluador son estratégicas
a esta altura del desarrollo del curso. El tutor debe anunciar a sus
estudiantes la unidad o unidades que deben estudiar por su propia cuenta en
esta fase culminante, suministrándoles también las referencias y guías correspondientes.
Actividades del cuarto encuentro presencial:
A medida que el curso avanza, es preciso registrar el nivel de
compromiso de los estudiantes frente a las actividades individuales y grupales,
así como los avances respectivos en el logro de las competencias.
La comunicación evaluativa que haya brindado el tutor con respecto al
rendimiento académico de cada estudiante, es clave a esta altura del desarrollo
del curso en el que debe estar definido ya un avance del 60% del total de la
evaluación.
El manejo flexible de la metodología centrada en el taller se facilita
para graduar el énfasis que según las necesidades de los grupos, considere el
tutor más conveniente realizar: seguir profundizando en la aplicación práctica,
explorar el desarrollo de actitudes y valores éticos o privilegiar la
profundización teórica, la discusión, la innovación y creatividad.
Actividades del quinto encuentro presencial:
Este último encuentro, se destina para verificar
los logros del aprendizaje, refuerzo, complemento, afianzamiento de las
habilidades de aplicación práctica, de los valores y actitudes pertinentes para
proceder luego a la evaluación final del curso correspondiente a la actividad
formativa o curso, previa evaluación grupal sobre el logro de los objetivos y
forma de aprendizaje e
[1] Usar estas herramientas es muy fácil,
rápido, gratis y contribuye enormemente en beneficio de la comunicación y
comprensión de los estudiantes. Por ejemplo: https://www.blogger.com/start, www.google.com (con su cuenta de @cun.edu.co,
puede crear documentos compartidos con los estudiantes), http://www.youtube.com/, http://www.skype.com/...
[2]
La evaluación debe ser un
proceso de reflexión y análisis. Se realiza dentro de los encuentros
presenciales y por ello, debe ser novedosa y permitir al alumno recapitular y
sintetizar los objetivos sustanciales de lo evaluado.
No se puede acumular en una sola
evaluación o en el último encuentro del curso, las tres evaluaciones que se
deben reportar del alumno (dos parciales y un examen final). Cada una debe
hacerse por separado y en un momento diferente, y sus porcentajes son los
indicados en el Reglamento del Estudiante.
[3]
El Phillips 66 es una técnica grupal educativa creada por
J. Donald Phillips. Su función es motivar una discusión ordenada entre los
participantes y posibilitar un intercambio de puntos de vista. Para su
realización un grupo grande se subdivide a su vez en otros grupos formados por
seis personas que, a su vez, tratan de dar una respuesta en común en seis
minutos al tema propuesto inicialmente. Una vez cumplido el plazo, y con ayuda
del dinamizador, se intenta hacer una puesta en común. Definición tomada de Wikipedia
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